La gatita


.

Presente-Indicativo


Sin darme cuenta de nada, te abrazo. Coloco mi cabeza lo más cerca posible de tu cuello y permanezco inmóvil. No me rechazas, pero buscas la forma de acomodarte mejor. Tienes una de tus manos en mi espalda y la otra en el brazo izquierdo con el que te estoy rodeando. No es nada más que un abrazo, pura e inocente demostración de afecto entre amigos.

Quiero sentir la textura de tu piel y, por eso, te acaricio con la cabeza y pongo en contacto mi mejilla con tu cuello. “¿Acaso eres una gatita?”, me preguntas y me estrechas. No hay nada de malo, mientras la piel de mis labios no toque por accidente la piel de tu cuello, no hay de nada malo en ello. No es más que un abrazo, pero… nunca antes llegamos tan lejos.

Mamá tarda en llegar y yo deseo que no cruce la puerta nunca, porque no estamos haciendo nada incorrecto ahora, sólo nos abrazamos. El cerrojo suena y te suelto de inmediato para atender. Camino y la recibo con la sonrisa casual de siempre, pero justo cuando ella te invita a la cena, una duda me consume la mente: quizá no te separas de golpe cuando suena la puerta, si no sientes que estás haciendo algo malo.

One Response to “La gatita”

  1. ElleZ says:

    Para mayor comprensión, referirse a la entrada "Primer encuentro".