Archive for 2014

Ahora somos solo Damián y yo


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Presente- Indicativo

Damián no tiene tu pelo, ni tus ojos, ni siquiera tus cejas. Tiene los ojos de mi padre, la estatura de mi hermano, mi pelo rebelde y mi alto sentido de la justicia. Damián se ríe con los ojos muy abiertos repletos de pestañas encrespadas y me pide que le cuente de nuevo la historia de la princesa que es la luna. 

Tu mensaje en mi teléfono miente con el “Llego en 15 minutos” de hace dos horas. Mi mensaje en tu teléfono dice la verdad con una frase que por fin me atrevo a decirme a mí misma: “Ahora somos solo Damián y yo”. Sin sombrilla, bajo la lluvia, sin plata para el pasaje del bus; Damián con su capita amarilla y sus botas rojas; yo con mi abrigo gris y mis zapatos de tacón. El mundo somos él y yo.

Ahora comienzo a vivir sin contar con vos y no contar con vos es más fácil que esperarte. De algún modo me alcanza más la plata cuando me restrinjo en mis gastos en lugar de tener la fe de que vas a darme una parte. Ahora disfrutamos más y lloramos menos. No perdemos el tiempo llamándote por teléfono. Hace como tres meses dejaste de depositarme y eso está bien, tan bien que cuando Damián y yo observamos la lluvia desde el taxi nos reímos sin parar. Somos solo nosotros dos. Y vos, donde quiera que estés, sos solo vos.

Números de teléfono


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Presente - Indicativo
 
Siento el peso de todos los ciclos mientras me percato de que ya no me sé su teléfono, sino que me sé otro.

Entre tantos recuerdos compuestos de números, las cifras se repiten para engañarme... Hay un 8 y un 4 que se parecen a los de mis recuerdos. Hay un 9 que me ha hecho sonreír y un 3 que he amado.

Pero no son iguales, no… A pesar de las semejanzas, en su totalidad, los números no pueden ser los mismos. Su voz ya no me espera del otro lado del teléfono, sino otra que jura ser mía. Ya nada es igual, ahora uso los puntos suspensivos...

El muchacho que fingía no sentarse en los parques


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Copretérito- Indicativo

Había una vez un muchacho que no se sentaba en los parques, excepto cuando se sentaba en los parques. Un muchacho que a ratos movía los labios como para decir algo, pero al final no decía nada. Un muchacho con palabras no dichas pegadas en los brazos, como tatuajes mal disimulados en forma de pecas.

Había una vez un muchacho que no era sentimental, excepto cuando era sentimental. Entonces por sus dedos pequeños se deslizaban caricias suaves llenas de emociones, caricias tan dulces que lo desenmascaraban de su pose lejana y lo sacaban de la sincronía de su personaje. No era cliché, aunque deseaba ser cliché. 

Había una vez un muchacho al que no le importaba nada, excepto cuando le importaba algo. Y, cuando le importaba, recolectaba a escondidas fragmentos de memorias atrapados en objetos, en aromas o en palabras para revisarlos por su cuenta, sin decirle a nadie. Por eso, quienes lo veían sentado en el parque, murmuraban que si le caía una gota de alcohol, la transparencia de la piel dejaba ver por dentro las sombras de sus memorias coleccionadas.

Anoche soñé con vos


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Pretérito - Indicativo

Anoche soñé con vos y apareciste como siempre: bella y radiante, opuesta a tu verdadera naturaleza. Interviniste en la conversación solo para darme la excusa de tomar tu brazo y preguntarte en qué desperdiciaste los años que no compartiste conmigo.

En mi sueño, te rodeaste de un aura dorada que disfrazó tu rostro palidejo y conversaste con la seguridad que nunca tuviste. No fuiste vos, sino la mujer que con tu recuerdo fabriqué, la única.

Anoche soñé con vos y hoy desperté enamorado de tu encanto y de la sonrisa traviesa que me dedicaste. Quise abrazarte con fuerza. Bueno, no a vos, sino a ella, a la que siempre fue perfecta. De vos, al final, no pude enamorarme. Ya lo intenté varias veces y fracasé. Sufrí más que vos, en serio, pero nunca te lo dije. Se lo dije a ella, solo en sueños, solo anoche, en un lugar al que vos nunca llegaste.

Juego de palabras y cuerdas


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Presente - Indicativo

A veces simplemente estoy colgando de una palabra suya, doy vueltas sobre esa palabra y me equilibro sobre ella para no caerme en el vacío. Sus palabras son tan escuetas y tan delgadas, pero aun así no se rompen con el peso de mis pensamientos.


O peor aún, a veces suelto uno de mis brazos y le arrojo una palabra mía. Las horas o los días se hacen eternos mientras observo si usted logra tomar mi cuerda. Es usted un muchacho descortés y egoísta y desconsiderado. Sin embargo, es la alegría más grande del día verlo tomar mi cuerda. Es usted tan atento, tan dulce, tan encantador… 

Me muero por dentro mientras realizo el juego de las palabras y las cuerdas con usted. Me muero mientras usted se olvida del juego por días y días. A veces quiero olvidarme yo también, pero no puedo, acá estoy, mientras espero que usted tome mi cuerda.

Pasión


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 Copretérito - Indicativo

Incluso desde antes de conocerte, ya estaba enamorada de vos. Estabas lleno de pasión y la expulsabas por cada uno de tus poros. Los ojos te crepitaban como el fuego cuando veías algo que amabas y querías poseerlo. Pero vos no destruías como el fuego, vos creabas. Vos eras alguien, o quizás lo eras todo.

Vos siempre fallabas y al mismo tiempo nunca te rendías. Eras persistente. Solo bajabas la cabeza para poder alzarla desde más abajo. Llorabas y reías con la misma intensidad, nunca a medias. Vos eras de emociones fuertes y cálidas, porque amabas la vida.

No podías vivir con lo falso, eso nunca. Sabías mentir tan bien como cualquiera y lo hacías, pero no engañabas a tus sentimientos porque entonces el fuego te quemaba por dentro y no te dejaba tranquilo. Estabas hecho del fuego de la vida y de pasión, porque para vos la pasión era lo más importante de las personas.