Archive for julio 2011

Medidas


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Presente-subjuntivo



Si le dijera ahora mismo a Ralph lo acontecido en el parque, si le propusiera acordonar la zona y adormecer a los visitantes con una poción de humo. Si llegáramos de día y atrapáramos al fantasma antes de que escondiera su presencia. Si la captura se diera de forma rápida y poco llamativa.
 
Si lograra ocultar la verdad y no comunicarle a mamá la forma de encontrar al fantasma. Si mantuviera, como siempre, mi pose silenciosa y únicamente realizara esta diligencia como todas las demás. Si pudiera pedirles a todos su ayuda y fusionar mi fuerza con la de ellos para luchar.

No, mentira. Como si no pudiera lidiar con este problema por mi propia cuenta. Como si no fuera capaz de destrozar yo misma a cualquier fantasma. Como si sintiera necesario realizar un ataque en este momento y romper con la paz de los alrededores. Como si alguna vez hubiera necesitado a alguien para completar mi trabajo. Como si no pudiera continuar así por mucho tiempo, para ser muy feliz.

Amenaza


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Copretérito-indicativo



—Ah, no se podía esperar menos del genio de la familia Esteban. Pero sin tu traje, sin tu exorcista compañero y a plena luz del día, en un parque rodeado de niños, ya me esperaba poder convencerte fácilmente de no atacarme.

—Si conocías tan bien las circunstancias, probablemente ya te esperabas la amenaza de una captura, un exorcismo y un regreso obligatorio a tu origen ¿O acaso olvidabas tu contrato?

—Un contrato que traicionaba las expectativas ambiciosas de quienes se doblegaban ante la vida, pequeña exorcista. Tus palabras las esperaba, sin duda, pero no esperaba una mirada de fuego en la muñeca de altar más atesorada por los Esteban. La amenaza, la propuesta de captura y la ruptura del pacto ya los conocía mucho antes de tu nacimiento, pequeña niña.

Viento


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Presente-indicativo



—El viento de hoy, está particularmente impregnado con ese aroma.

—La esencia de menta, ¿verdad? Ah, la esencia de menta está impregnada de recuerdos para mí. Sin embargo, cuando el viento sopla así de suave, uno no puede evitar sentirse feliz, ¿verdad, señorita? Solo el viento puede volarse todas las preocupaciones de un golpe y regalarnos felicidad.

—Pero lamentablemente para usted, el viento es una cosa que solo pertenece a los seres naturales—adopta una mirada seria y se voltea para realizar su amenaza—. No existe nadie, bajo el cielo o sobre él, capaz de engañar a una exorcista de mi nivel. Si lo que querés es ocultar que sos un fantasma, tendrás que esforzarte más, mucho más, demonio.

Cadáver de parque


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Pretérito-indicativo



Cayó el sol y el parque devoró de golpe una manzana envenenada. Y así, se dejó secuestrar por un profundo sueño que inclinó sus hojas y acalló las risas. Su piel se volvió de un color grisáceo, aunque bajo la luz de las lámparas artificiales aún se asomó un tono paliducho, casi podrido. 

Rebeca puso los dos pies en el parque y se quedó desconcertada por un momento. Notó la repentina desaparición de todos sus valorados recuerdos. Tembló y una sensación la hizo perder el equilibrio por un instante: la nostalgia. Justo en ese momento el parque se le pareció demasiado a su propio interior, frío y marchito. Pero recordó su misión más importante: protegerlo.

—No noté ninguna presencia—la voz de Raplh le confirmó sus sospechas de minutos atrás. A pesar de su mirada vigilante y su habilidad como exorcista no logró sentir una presencia demoniaca en los alrededores de su santuario.

Por ti, cualquier cosa


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Postpretérito-Indicativo

Por ti, esperaría meses en la entrada, bajo la escalera, sin mencionarle a nadie tus minutos de retraso. Porque mientras tanto soñaría con verte descender en tu traje color púrpura desilusionado, lista para ser la mejor del mundo. Viviría bajo tu sombra en silencio y te observaría convertirte en la nueva Oradora del Maestro. 

—¿Podríamos ir a un sitio?—con los ojos libres de expresión pero plagados de brillo.

A un sitio, a la luna, al mundo de los espectros, a la cuna del demonio, iría contigo. Entregaría toda la sangre de mi cuerpo solo por un pedazo de tu sonrisa y pelearía hasta la muerte para ganarme tu respeto. Respondería sí siempre a todas tus peticiones y defendería tus motivos sin comprenderlos. Te querría incondicionalmente de por vida.

Mirada vacía


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Presente-indicativo



—El listón del pelo está un poco flojo—lo desata de inmediato y se dispone a hacerlo de nuevo—. Ralph te está esperando, estar siempre juntos no significa ser una carga el uno para el otro.

—¿La vida es igual si estamos o no, madre?—un silencio.

—¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que nada permanece igual. Cada vez que uno de nosotros muere, el círculo se hace más estrecho, cuando el círculo se hace más estrecho nuestra fuerza aminora y lo sabes—la voltea para mirar de frente su rostro—. Por eso, debes ir allá y pelear con fuerza, para ser siempre los mejores exorcistas de este mundo—y la ve asentir con la mirada casi vacía, que tanto ama la Oradora del Maestro.

Presencia extraña


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Presente-subjuntivo

La preparación para el combate. Que se erizen de un solo golpe cada uno de los vellos del cuerpo y que un escalofrío helado sacuda los nervios de la espalda. Que de inmediato todos los músculos se tensen y empiecen a vibrar para calentarse y rendir al máximo. Que el corazón empiece a bombear suficiente sangre para mover el organismo a una velocidad no humana.

La alerta máxima. Que el oído de inmediato se agudice y expanda su capacidad de escucha a un rango más amplio. Que la vista se concentre en un único punto focal, de manera que el resto parezca nebuloso. Que el tacto se altere para maximizar la percepción externa y disminuir el dolor interno. Que el olfato y el gusto se preparen para sellarse en medio de la lluvia de sangre.

El bloqueo. Que la mente pase a modo combate y de repente olvide cualquier rastro de compasión o bondad humana. Que únicamente los recuerdos del combate permanezcan en el primer plano y que todo lo demás sea encerrado en un abismo. Que cambie el tono de voz y los intentos de sonrisa. Que todo desaparezca. Que por un momento ya no tenga nombre y sea solo una exorcista.

Señorita


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Presente-indicativo



—Así que hoy la tenemos con nosotros como siempre, señorita—el maullido del gato separa la frase—. Pero veo en su rostro un rasgo de preocupación, ¿no es así? Si es algo en lo que puedo ayudar, no dude en decírmelo. Seguro que es difícil mantener el mismo nivel de energía todos los días.

—No, todo está bien—reflexiona un momento acerca de la última frase la anciana y algo en su interior se enciende.

—¡Qué bueno! La gente joven como usted, debe estar siempre animada.