Archive for agosto 2012

Ismael


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Tela
Presente-Indicativo
—Este tipo de tela en particular me gusta mucho, papá, es suave y delicada, mucho más que la que tenemos en casa.
Se envuelve y se abraza entre los hilos de seda fina.
—Vamos, Ismael, hay un cliente que nos espera.




Manos sobre la cabeza
Presente-Indicativo
La gente siempre se admira porque tengo los ojos grandes y redondos, papá. Sin importar a cuál lugar del mundo vamos, siempre me ponen la mano sobre la cabeza después de saludar y hacen algún comentario acerca de lo sedoso que está mi cabello. “Como hilos de seda de Inané”, contestas.
La gente siempre se admira porque a pesar de ser tan joven ya puedo diferenciar muchos tipos de algodones, según la región a la cual pertenecen. Cuando hago un comentario que suena como las palabras de un adulto, me ponen la mano en la cabeza y me felicitan. “Es el negocio de la familia”, afirmas.
El tren siempre me produce un vértigo terrible cuando pasa por las ciudades. Por eso es que me gusta hablar contigo, papá, pero tú nunca quieres conversar. “Silencio”, dices siempre y recuestas la cabeza para dormir.



Ciudad podrida
Copretérito-Indicativo
El ambiente de la ciudad olía a agrio desde hacía mucho tiempo. Toda la vida dentro de los muros de concreto se estaba fermentando con ayuda del humo tóxico y la basura. Ninguna planta podía mantenerse en pie por más de dos días.
Y, en medio de esa podredumbre, Ismael caminaba de la mano de su padre, con una mascarilla de oxígeno sobre la nariz. El resto de los niños jugaban en medio de la neblina eterna y compartían con una alegría propia de otro mundo.
La ciudad se movía por el impulso de las multitudes que olfateaban la basura y la perdición. De vez en cuando, frente a una ventana o en un semáforo, la vida se detenía y el ruido se hacía insoportable. En ese momento, Ismael soltaba la mano de su padre.



Escape
Pretérito-Indicativo
Fue casi una respuesta instintiva. Soltó la mano de su padre lentamente y se separó de él. Caminó con pesadez en medio de bosques de piernas y se dejó hechizar por la luz de las ventanas. Comenzó a perseguir las sombras  de los niños atrapados en medio del humo, sin poder hallarlos.
Corrió por calles abarratadas de transeúntes sin dejar de sentirse solo y, en un momento, dejó caer la mascarilla. Sintió la asfixia, el dolor, el espanto. Su mente vivió la desesperación. Todo estaba sucio y podrido, percibía como el ambiente lo estaba contaminando.
Enloqueció y corrió en busca de su padre. Lo miró, en un escaparate. Su presencia le transmitió el letargo inicial y caminó hasta llegar a él, tomó su mano. El hombre percibió una calidez tibia y observó los ojos redondos de su hijo, siguió su camino. Entonces, Ismael descubrió que su padre jamás notó la ausencia.



Casa Parkasia
Pretérito-Indicativo
La primera vez que noté tu existencia fue en mi cumpleaños número nueve. Mi papá hizo venir a toda la alta sociedad para celebrar el nacimiento de su hijo varón y me hizo llamar “el más hermoso de los Vannané”.
Te vi caminar hacia mí, visiblemente más alto y cinco años mayor, me regalaste una invaluable sonrisa y una caja de regalo con un lazo amarillo. Me pediste abrirla y lo hice: un juego de Casa Parkasia. Sonreíste de nuevo. “Para cuatro personas”,  te dije. “Entonces, dos fichas cada uno”, y tu amabilidad me pareció una promesa.
Pero no cumpliste tu palabra, Michel. Bastó un ligero movimiento de la mano de tu padre y acudiste de inmediato a atender a una señorita. Aún así, yo usé ese juego tantas veces que la caja se rompió, le encontré el gusto luego de tantas partidas. Una y otra vez en mi habitación, solo, con un juego que fue diseñado para cuatro personas.

Belleza
Presente-Indicativo
Dicen que nadie puede vivir únicamente de su belleza, pero que Ismael Vannané es una excepción a la regla. Siempre que está en un salón tiene atrapadas dentro de su cuerpo todas las miradas de la fiesta. Y no es ni lindo, ni tierno, sino inevitablemente hermoso.
Dicen que Ismael es todavía muy joven como para involucrarse con cualquier persona, se supone que aún no entiende las bromas de los adultos ni los cumplidos por su apariencia. Si alguien le hace un comentario indebido, nunca logra captarlo e incluso acepta invitaciones sin preguntar a su padre siquiera.
Pero dicen que el señor Vannané es muy estricto con su hijo, ya tiene el ojo entrenado y sabe cómo sacarle provecho. Si quieres que cualquiera de tus niñas sostenga la mano de Ismael durante el baile, entonces primero realiza una inversión en el negocio de las telas.

La utilidad por encima de la belleza
Pretérito-Indicativo
La pequeña niña se molestó cuando Ismael no quiso tomar el té recién preparado y dejó caer la bandeja en medio del pasillo. Unos segundos después, el mayordomo le solicitó al jovencito dejar la mansión de inmediato y él obedeció.
Esa misma semana, uno de los tratos más importantes de la familia dejó de concretarse. El inversionista y su familia regresaron de inmediato a su país y se rehusaron a tener más conversaciones. En su estudio, el padre permaneció con las manos hundidas en la cabeza.
Ismael caminó hacia él, cuando el hombre levantó el rostro. Trató de suavizar las cosas con su sonrisa de niño inocente, pero él se la despreció. Y, entonces, escuchó por primera vez de forma clara la instrucción de su padre: atender bien a todos los invitados, mantenerlos en casa durante las negociaciones y usar esos hermosos ojos redondos no para amar, sino para cerrar tratos.

Michel
Pretérito-Indicativo
Por casualidad, nos hospedamos en el mismo centro de negocios. Al principio me costó reconocerte porque en ese corto tiempo creciste bastante y te veías mucho más apuesto. Frente a mis ojos y sin siquiera notar mi presencia, atendiste a la señorita como a una princesa.
En menos de quince minutos la convenciste de visitar las instalaciones de tu negocio, en compañía de toda su familia. La hiciste soñar con tus gestos y el tono varonil de tu voz. La dejaste en la puerta de su cuarto.
En ese momento, me sacaste de mi escondite. Quise voltear el rostro avergonzado, pero solo te reíste y te quedaste conversando a mi lado.


Complacer
Postpretérito-Indicativo
—Yo también desearía poder complacer a una mujer así y cerrar los tratos de mi padre.
—¿Y qué harías con una mujer como esa? —risas— De seguro que te devoraría en menos de un minuto.
—Soportaría lo necesario con tal de ayudar a mi padre.

Brillo rojo
Pretérito-Indicativo
—¿Qué idiotez estás pensando? Quiizá no estás entendiendo la situación del todo. En este momento, todos hablan del más hermoso de los Vannané. Tu padre sabe que le apuesta  a alguien con ventaja. Estoy seguro de que muchas muchachas están desesperadas por al menos ponerte un dedo encima.
—Pero yo todavía no me acerco a ninguna.
—¿Es en serio?—Michel descubre un brillo rojo en la cara que le da la respuesta— Si es así, entonces quiero tener el primer beso del más hermoso de los Vannané, ¿puedo?— y sin ningún esfuerzo, levanta la barbilla de su acompañante y lo besa—. Realmente me agradas, Ismael, estar contigo es interesante.

Un hijo útil
Futuro-Indicativo
Sonreirás al sentir su mano sobre tu cabeza y al escuchar un “Buen trabajo” de su parte. Y día con día pasarás menos tiempo con él, tu madre y tu hermana para dedicarlo a completos desconocidos que requerirán tu presencia. Serás un esclavo sonriente.
Aprenderás a reirte sin sentirlo, a cambiar el tono de tu voz, a tomar la mano de alguien en el momento justo. Te aprenderás diversos juegos, nombres de variedades de té, los temas más relevantes de los diarios y los puntos de vista de los mayores. Y dejarás de tener tiempo para preguntarte por la existencia de un mundo tan horrible.
Pero siempre, te sentirás insuficiente. Notarás en la otra persona un dejo de infelicidad y realizarás esfuerzos vanales para recuperar su atención. Y siempre, sin excepción, escucharás el nombre de Michel en la boca de las muchachas, acompañado por una sonrisa sincera que despreciarás sin decirlo.



Compañera de cena
Pretérito-Indicativo
Volviste a pisar mi casa en la fiesta de cumpleaños número 12. Mi padre me encargó específicamente atender a una muchacha mayor y convencerla de cenar con nosotros al día siguiente, en compañía de su padre, por supuesto.
Durante toda la noche, estuve ocupado bailando con ella y hablando de cosas sin importancia. Únicamente te vi un instante cuando te encontraste con mi pareja en la fuente de ponche. En ese momento, no supe si fue ella o yo, pero el encanto de la velada cambió.
Cuando mi padre invitó a la muchacha para que cenara con nosotros al día siguiente, ella nos rechazó por un compromiso contigo. Un segundo frente a la fuente de ponche te bastó para arruinar todo el esfuerzo de una noche, subí al balcón desolado.

Sin disculpas
Presente-Indicativo
—Es deber del cumpleañero atender bien a todos los invitados de la fiesta—camina hacia él, con un vaso en la mano.
—Mi padre está furioso conmigo, ¡este es un negocio muy importante!—ojos enrojecidos.
—También es un negocio muy importante para mi familia  y yo cumplo con un trabajo, igual que tú. No te sientas mal, simplemente es normal para una mujer como ella elegir a alguien mayor. Eres un niño llorón, Ismael, no puedes cambiar eso.

La segunda
Pretérito-Indicativo
Ismael trabajó para recuperar la confianza de su padre. Cuando por fin decidió enviarlo a una convención de negocios muy importante, sintió sobre sus espaldas una mezcla de responsabilidad y alegría.
Alta, madura y algo perversa. Cuando la conoció, calculó unos 16 años, aunque el número real resultó mayor. Caminaron, rieron, tomaron té y justo antes de despedirse, se besaron, por petición de ella. Ismael únicamente percibió unos labios sin alma y recordó a Michel.
Casi de inmediato, su padre cerró un negocio que expandió los horizontes de la familia. En el viaje de regreso a casa, él fue claro en sus palabras de felicitación y sus exigencias. Ismael lo comprendió todo y aceptó seguir el ritmo a toda costa.


Conteo imposible
Antepretérito-Indicativo
En menos de un mes había acompañado al menos a doce hombres y diez mujeres. Casi con miedo, había comenzado a repartir ligeros roces y besos ocasionales, había escapado de algunas manos inquietas y cambiado el tema de conversación.
También, había visto a Michel en muchas partes, con acompañantes diferentes. Y había experimentado dentro de su cuerpo una sensación extraña, una mezcla de ira, envidia y celos. Muchas veces, por la noche, se había preguntado por esas emociones, pero había decidido dejarlas de lado y continuar su vida.
Lo único que no había hecho en ese tiempo era confesarle su soledad a alguien, y tener sexo, por supuesto. Vacío y sin sentido, había llorado en silencio con la cabeza hundida en la almohada y con cuidado de no despertar a su hermana, en la habitación de al lado.

Número trece
Antepretérito-subjuntivo
Si te hubiera visto esa noche, hubiera tomado tu mano en silencio y te hubiera pedido un beso de esos labios pequeños. Te hubiera susurrado al oído frases de afecto y te hubiera confesado mis profundos celos. Hubiéramos reído como dos muchachos libres y hecho cosas tontas, cosas de enamorados.
Si te hubiera visto esa noche, te hubiera contado acerca de mi tristeza. Hubiera recostado mi cabeza en tu hombro y esperado pacientemente por tu cálido beso. Hubiera perdido la vergüenza de tomar tu mano y hubiera olvidado todo el ambiente de la fiesta de cumpleaños.
Si nos hubiéramos visto esa noche, quizá todo hubiera sido distinto, quizá la gente nos hubiera percibido como algo más que simples muñecos y tal vez incluso nos hubieran dado la ansiada libertad. Si tan solo hubiéramos tenido el valor de soltar la mano de nuestra pareja obligada y caminar frente a frente para sonreírnos el uno al otro, quizá entonces hubiéramos alcanzado un mejor futuro, o al menos, un futuro juntos.

Promesas olvidadas
Pretérito-Indicativo
Ese día, estuve a punto de desmayarme en la escalera. Visitaste mi casa sin necesidad de asistir a una fiesta. Ordené traer la vajilla más fina y las mejores golosinas, te di como regalo un lote de telas finísimas. Mi corazón no dejó de atormentarme durante toda la visita.
Traté de ser como un adulto, pero a tus ojos, me vi como un pequeño niño. Incluso tu promesa más importante, la de jugar juntos al Casa Parkasia, la despreciaste en un segundo con una risa burlesca. Fuiste de verdad cruel, Michel, como nunca lo creí posible.
Te confesé mis temores y mi deseo de crecer, mi necesidad de ser como tú y de entrar al mundo de los adultos, pero te burlaste de mí nuevamente. Michel, fuiste muy cruel al dejar tu lote de telas en mi casa, al despreciar el té y las golosinas, al concluir tan repentinamente tu visita. Pero fuiste más cruel cuando me besaste sobre la frente y me negaste, cara a cara, cualquier posibilidad de convertirme en un adulto.



Manos rápidas
Presente-Indicativo
Ella está frente a mí en este preciso momento, sus besos me están consumiendo desesperadamente, pero no los disfruto. Verdaderamente, hago lo que puedo, pero esta mujer apesta a perfume caro y el sabor de su boca es terriblemente desagradable.
Antes de que pueda notarlo, sus manos están recorriendo todo mi cuerpo. Ella quiere que yo haga lo mismo, pero estoy atrofiado en el ritmo de las cosas y apenas puedo mantenerme. Finalmente, ella me deja libre. Pide marcharse pronto y me deja aseverando que soy un desperdicio de cara.
Me dejo caer el el sillón, seguro de ser un completo desastre. Suena el teléfono, atiendo y escucho tu voz, comienzo a arreglarme el cabello, aunque no puedes verme. Me propones trabajar juntos en una cita y acepto, me pongo feliz por verte. La palabra cita resuena en mi cabeza y por un momento olvido que todo se trata de trabajo.

Leopardo
Futuro-Indicativo
La acecharás con la rapidez de un leopardo. Ojos fijos clavados en la presa, listos para atacar en el momento indicado. Su pierna, su brazo, sus labios, sus senos. Un susurro en el oído y ella caerá rendida a cualquier petición.
Desde el otro extremo, un pequeño cachorro apenas podrá seguirte el paso. La presa se inclinará ante él para ser devorada, pero aún así, él no sabrá que hacer con ella, reirás. Lo citarás en la mañana a tu cueva.
Lo esperarás aún sin ropa, tendido en la cama. Y le permitirás presenciar los vestigios de tu banquete nocturno. Te reirás al verlo sonrojarse y tomarás su parte del banquete también. Al final del día, dejarás al cachorro hambriento y te despedirás amablemente de tus dos presas, satisfechas.

Belleza y edad
Presente-Indicativo
—Es imposible para mí, ¿verdad?—ojos lagrimeantes— Por más que me esfuerce, mi destino es ser un fracasado toda la vida ¿No puedes hacer algo por mí, Michel? ¿No puedes ayudarme?
Él observa unos ojos grandes y un cuerpo sinuoso, todo su instinto recibe un estremecimiento, pero el número 13 y la diferencia de estatura no dejan de invadir su mirada.
—Es imposible para un niño como tú, de momento. Pero puedes venir a casa conmigo, si tu determinación es tan grande.

Tu casa
Pretérito-Indicativo
Nuestra presencia en tu casa capturó la atención de la servidumbre. Dejaste tu abrigo tirado en el sillón y pediste no ser molestado. Subimos a tu cuarto, cerramos la puerta. Observé algunas de tus cosas, me contaste acerca de algunos viajes interesantes y nos besamos.
—Solo eres un niño—alejaste tu rostro de mí.
—¡No lo soy, Michel!—y entonces me acerqué a ti, con todo mi cuerpo.



Ritmo
Presente-Indicativo
Contigo todo es diferente, estamos acoplados en el mismo ritmo. Cuando rozas tu cuerpo con mis manos, una electricidad me recorre y me motiva a abrazarte más fuerte. No tengo miedo de ti ni de mi torpeza. No puedo pensar claramente, pero, aún así, me siento seguro.
—¿Lo haces por petición de mi padre?—te detengo, antes de que abras el primero de mis botones.
—¡Qué pregunta!—te ríes y continúas—, lamento informarte que padre es demasiado tacaño como para financiar esto.

Enseñanza
Presente-Indicativo
—¿Tienes miedo?
—No—mirada decidida—, no lo tengo.
—Es la primera vez que lo hago sin ninguna obligación, así que es interesante. Pero esta es la mejor forma que tengo para enseñarte, Ismael. Ahora vamos a ver si en verdad no eres un niño.

Grosero
Copretérito-Indicativo
Sabías que me estabas lastimando y aún así continuabas. Estabas usando una fuerza desproporcionada para cada una de tus muestras de afecto. Mordías con fuerza un cuello que momentos atrás acariciabas cuidadosamente. Eras cruel, Michel, y no te estabas conteniendo en lo absoluto.
Estabas esperando que te rogara detenerte, pero esperabas vanamente. Mi resistencia te enfurecía y te instaba  a ser más malvado. Es cierto que en algún punto no podía contenerme y que apenas podía secarme las lágrimas de los ojos, pero estaba resistiendo con todas mis fuerzas una demostración tan terriblemente egoísta.
—Solo un niño—después de acabar conmigo, me abandonabas solo y dolido en la cama. Caminabas como un adulto orgulloso y yo lloraba como un niño pequeño.


 Educación
Pretérito-Indicativo
Ismael comenzó a seguirlo, como un pequeño pollito. Lo observó detalladamente en cada una de sus conquistas. Se aprendió de memoria sus frases, sus movimientos de ojos, de manos y de cabeza. Se impregnó de toda la esencia de un leopardo adulto.
También lo miró en la cama, varias veces, e incluso se hizo tolerante a la idea del sexo y el contacto con otra persona. Pero incluso entonces, sintió celos.
—Bueno, creo que mi pequeño eligió hacer en lugar de observar—se rió al oír su queja y le tomó la mano. Ismael se marchó al día siguiente para atender los negocios de su padre.

El orgullo de la familia
Antepretérito-Indicativo
Había dominado la habilidad propia de las fieras. Una belleza impresionante y la capacidad de capturar cualquier tipo de presa. Y el negocio de las telas en Inané había crecido exponencialmente solo por su habilidad y su presencia.
Ahora por fin había alcanzado la infelicidad completa. Amado como un simple trozo de carne a disposición por una buena cantidad de dinero. Un servicio sin fallas y sin quejas.
—Perdón—había escuchado la voz de Michel una noche, durante uno de sus trabajos— por pasar tan poco tiempo juntos.

Vacaciones
Pretérito-Indicativo
Se lo pediste como un regalo durante tu cumpleaños número 19. Pasar dos días juntos, solo nosotros dos. El aceptó, como una muestra de agradecimiento a tus servicios pasados. Fui feliz.
Salimos con otras personas en esos dos días, no por obligación, sino simplemente porque sí. Disfrutamos juntos sin tener que preocuparnos por nada y nos sentimos una parte del mundo.
Pero en la noche, dormí contigo, y solo contigo. Arropado entre tus brazos, quise aprovechar nuestro reducido tiempo juntos, sin interferencia de nadie más y aceptaste.



Crecer
Presente-Indicativo
—Realmente necesitas crecer y comenzar a verte mayor. Me estoy comenzando a cansar de sentirme como un acosador de niños.
—No es mi culpa haber nacido después, hago lo posible…
—Pero aún así—lo abraza con suavidad—, antes o después, lo importante es haber nacido y haber venido a caer en mis brazos.


Torbellino
Presente-Indicativo
Cuando no veo a Michel, estoy dando vueltas y vueltas en un torbellino. Simplemente permito que las cosas ocurran y trato de recordar los básicos: comer, dormir, hablar, complacer, estudiar y seguir adelante; nunca mirarme al espejo para evitar la naúsea de contemplarme.
Poco a poco, pierdo la capacidad de recordar con quien me acuesto. Como en ese momento no estoy muy concentrado en la persona, es difícil rememorar todas las características del servicio. Pero mi padre siempre dice: “lo importante es cerrar el negocio” y, con ese lema, opero de forma eficiente.
Casi no recuerdo el rostro de Michel últimamente. Casi no recuerdo mi rostro tampoco ¿Cómo nos vemos separados? ¿Cómo nos vemos juntos? Mis memorias se parecen a la fotografía de un torbellino de colores mezclados. Quizá todos odiamos a la gente con la misma intensidad, pero algunos, como Michel y yo, lo disimulamos mejor que otros.

Envenenamiento de luces
Futuro-Indicativo
Te envenenarás con el constante bamboleo de las luces. Las lámparas girarán de derecha a izquierda y te impedirán encontrar siquiera un asomo de tu amado. Veinte velas brillantes en un pastel que jamás se apagará. Un trozo de queque y un trozo de amor te han envenenado.
—Después de la fiesta, se irá al Instituto Darmicros a cursar los estudios universitarios. Será una buena oportunidad para tomar su lugar y expandir los negocios.
Creerás observarlo, pero lo confundirás con luces difusas una y otra vez. Con un corazón danzante perseguirás fantasmas de luces y tropezarás con las velas encendidas. Creerás que esta frente a ti, pero notarás su inmediato desvanecimiento. Renunciarás a la sola idea de una despedida.


Inevitable
Antepresente-subjuntivo
Crueldad: que Michel lo haya visto desde el piso superior como una luz tambaleante y que haya pensado en la hermosura de su desesperación y su soledad.
Maldad: que haya considerado la posibilidad de huir de él y desaparecer para siempre de su vista, que haya disfrutado la idea de tener para siempre un luciérnaga enamorada de su brillo.
Inevitable: que no haya podido dejarlo pasar a su lado y haya tenido que rozarle la espalda para hacerlo voltear y encontrarse con toda su belleza. Que incluso con todos sus miedos haya decidido enfrentarse a una despedida.



Crecer
Presente-Indicativo
—Otra vez con los ojos lagrimeando ¿Con esa clase de cara tienes para ti al Ministro de Fronteras? ¡Qué vergüenza!
—¿Por qué te vas?—lo toma de los brazos—. Si haces eso, nunca nos veremos.
—Es parte de crecer, ¿sabes? Creces, maduras y vas a la universidad, así funcionan las cosas. Tal como tú, ¿cierto? Realmente un hombre de tu apariencia y estatura no debe montar este tipo de escenas.

Hermoso
Antepretérito-Indicativo
“Había soñado a veces con este día”. En cuestión de 6 meses, Ismael había llegado a medir 180 centímetros.
Prácticamente sin notarlo, había atrapado dentro de sí todas las miradas de esa sociedad. “Solo mío, completamente”. En medio del olvido y la soledad, se había convertido en un adulto. Alto, galante, de ojos redondos grandes, piel bronceada, cabello lacio y bien cuidado, cuerpo atlético y labios seductores.
Por primera vez en su vida, había encontrado los ojos de Michel fijos en su cuerpo y lo había sentido estremecerse al acercarse. “Casi había olvidado cómo derretirme en tu presencia”. Y, entonces, había notado como, al hablarle, necesitaba inclinar la cabeza hacia abajo.


 Vámonos
Imperativo
—Fuguémonos—un susurro al oído.
—¿Qué?—sorpresa y miedo.
—Vámonos, los dos juntos. Apaga el teléfono, ignora a tu padre y sígueme. Fuguénos juntos y abandonemos todo y a todos, solos tú y yo. Vámonos, de inmediato.

Fuga
Postpretérito-indicativo
Por ti, haría cualquier cosa, iría a cualquier parte e, incluso, desobedecería un mandato de mi padre. Apagaría mi teléfono e ignoraría cualquier voz aparte de la tuya. Obedecería cualquiera de tus órdenes, incluso con la inseguridad de no haberlo intentado y el temor de decepcionarte, incluso así, haría cualquier cosa que me pidieras.
Por ti, lo entregaría todo. Por esos brazos, ese pecho y esos labios, entregaría todo mi cuerpo para deshacerme en ti. Por ti, simplemente me recostaría y me dejaría amar sin condiciones, estaría concentrado en tu mirada y tu calor, quizá incluso te trataría amablemente, para variar. Por ti, y solo por ti, me dejaría ir por completo.
Y solo por nosotros, haría una locura de este nivel. Fingiría desconocer el mañana y la posibilidad de separarnos de forma indiferente en poco tiempo. Mentiría acerca de un futuro inexistente y olvidaría nuestra incapacidad de seguir un mismo destino. Solo por ti, participaría en una historia de amor sin rumbo y sin importancia, una historia que no iría a ninguna parte, aún con deseos y esperanzas albergadas.

Abrazados
Presente- Indicativo
—Realmente eres un adulto, ¿verdad?—presiona su brazo.
—Quizá sí, pero sin darme cuenta.
—Y eres mío y solo mío, Ismael—se voltea para apresar su rostro—, por hoy y para siempre.

Trabajar
Pretérito- Indicativo
Michel fue el primero en contestar la llamada de su madre, pero Ismael fue el primero en anotar los compromisos pendientes para esa semana y en prometer ponerse al día con sus trabajos. La disculpa obligada fue prácticamente al mismo tiempo, demasiado ensayada para ser sincera, aunque creíble de todos modos.
Ismael fue el primero en abordar el avión para su siguiente cita, pero Michel fue el primero en prometer llamar luego de terminar con sus compromisos. El beso fue unísono y silencioso, un beso muerto.
Michel fue el primero en irse a la universidad y enfrentar problemas para comunicarse. Pero Ismael fue quien se saturó con más trabajo del necesario e hizo imposible verlo en vacaciones o el día libre de la semana. La separación y el desvinculamiento se dieron al mismo tiempo; sin llamadas, sin mensajes y sin tiempo para pensar en un rompimiento. No pensaron en terminar algo que jamás comenzó.



Hermosa
Antepretérito-Indicativo
“Me había olvidado de cómo luces”. Frente a unos ojos incapaces de capturar memoria, su hermana Mitchi había alcanzado sus 12 años.
Casi al mismo tiempo que su hermano, la menor había alcanzado una gracia y simpatía atrayentes . “De nadie, nunca”. En medio de los negocios y las alianzas, la niña había adquirido un profundo afecto por su fantasmal hermano. Pequeña, sonriente, de ojos redondos grandes, piel blanca, cabello ondulado y bien cuidado, cuerpo esbelto y voz de sirena.
Por primera vez en su vida, Ismael había temido por otra persona y había sentido el escalofrío de advertencia por todo su cuerpo. “Casi me había olvidado de su otra pertenencia”. Y, entonces, había notado, desde el otro extremo de la habitación, la mirada del padre negociante concentrada en su siguiente mina de oro.



Salvación
Presente-Indicativo
—No la involucres en esto, es lo que te pido. Simplemente debes tratarla como a tu hija, con amor, con afecto, con la libertad de elegir su propio camino. Es lo que hace la mayoría de la gente, ¿cierto?
—Esas personas no tienen un negocio que mantener.
—Yo soy suficiente para ese negocio—lo obliga a mirarlo de frente— ¿No eres tú quien me promociona como el más hermoso de los Vannané? Con este cuerpo y esta mirada, puedo seducir a cualquiera. Hombres, mujeres, no importa, sabes que puedo derretirlos. Yo soy suficiente. No me importa si trabajo tiempos extras, no me importa la clase de gente con la que me acuesto. No involucres a Mitchi en esto, es lo único que pido.

Infelicidad completa
Pretérito-Indicativo
Y así, Ismael Vannané perdió el sentido del control sobre sí mismo. Durmió en todas las camas de la alta sociedad, bebió todos los tipos de té, se acostó con todos sus posibles conocidos. Jugó al pasivo, al activo, a la sirvienta, a la puta, a la esclava, al caballero, al dominador, al sirviente, hasta que ya no pudo almacenar los otros tipos y se rindió.
Su pasado, su presente y su futuro se convirtieron en una nube difusa de emociones. Se olvidó de llorar por las noches, dejó de llamar a esas personas incapaces de escucharlo y quemó su juego de Casa Parkasia junto con todas sus esperanzas.
Un día levantó la mirada y descubrió arriba la cara de su tío. Un recuerdo de una enfermedad contagiosa vino a su mente, justo cuando el daño terminó. Su padre consiguió los medicamentos indicados e ignoró completamente el hecho. Como siempre, el trabajo siguió siendo la única prioridad para el muchacho.

 Venas
Pretérito-Indicativo
No fue a propósito, ni fue algo planeado. En realidad, fue casi un impulso involuntario, como respirar.
Soñó con ellos esa noche, caras desconocidas pero llenas de afecto para él, caras que nunca pudo encontrar. Y luego, le sobrevino el impulso. Despertó y encontró la navaja al lado.
Fue un corte recto y limpio, incongruente con la actitud de un suicida. Fue un corte tan hermoso como una obra maestra. De camino al hospital, Ismael lo miró y se sintió aliviado por esa belleza, por fin una belleza superior a la suya en todo aspecto.

Naúsea
Copretérito-Indicativo
Era un reflejo casi tan fuerte como el primero. Sincero, sencillo, inevitable. Ante el más mínimo asomo de comida, Ismael sumergía la cabeza en el sanitario y dejaba escapar de su cuerpo todos los jugos gástricos. Era repulsivo, e incorrregible.
Era una mente que no se comprendía a sí misma. El cerebro enviaba la orden de comer, de sonreír y de obedecer, pero la información no se coordinaba de forma adecuada con el resto del organismo y el resultado final era la misma ofensa: una naúsea eterna hacia la búsqueda de la supervivencia.
Era un cuerpo que ya no deseaba la vida. Ya no era decisión de Ismael, de sus padres o de los médicos, el cuerpo perseguía la muerte y no consultaba a nadie sus métodos para conseguirla. Día con día y con ayuda del suero, el cuerpo enflaquecía y se mantenía con vida, en contra de sus deseos.



Incomprensible
Futuro-Indicativo
Nunca vendrás, ¿cierto? Te esperaré toda la vida atado en esta cama y no dudarás en abandonarme. Siempre serás un sueño loco de mi imaginación, un deseo ahogado de comprensión y esperanza. Nunca me amarás, nunca sonreiré verdaderamente.
Sentiremos este asco mutuo para siempre y nuestro cuerpo exigirá la desaparición de un mundo egoísta y sin sentido, pero no podremos dársela porque nunca seremos capaces de encontrarnos. Las noticias de la pantalla nos enloquecerán cada vez más y nos infundirán miedo a salir, a comer, a intentar seguir viviendo.
Nos odiarán por no poder controlarnos, por no poder fingir y ser como los otros. Nos asediarán por la comida desperdiciada y fingiremos habernos comido todo y poder tragarlo. Nos impondrán el miedo al rechazo y a la soledad y es así como conseguirán separarnos para siempre.

Pequeño beso
Copretérito-Indicativo
Era frecuente verlo así de enloquecido. Gritaba desde la habitación que no quería ver a nadie y amenazaba con saltar de la ventana si tan solo lo tocaban. Pero ese día, una demencia aún más poderosa lo invadía después de escuchar el nombre de Michel.
El mayor apenas percibía desde fuera de la puerta los ruidos ocasionados por la ardua pelea. Toda la cristalería que acababa en las manos de Ismael iba a estrellarse contra el piso o contra la cara de las enfermeras. El muchacho vomitaba su propio cuerpo y, después de haber librado su batalla, caía al piso inconsciente.
Michel entraba despacio, con su belleza insuperable, y veía al muchacho con el mismo amor de siempre. Se  inclinaba ante el cuerpo dormido y le daba un dulce beso en la frente, le dejaba un panfleto y le acariciaba la mano. Bajaba la cabeza y escondía los ojos entristecidos, tomaba un avión y regresaba a su nueva casa.


 Universidad
Postpretérito-Indicativo
Ismael tendría ya 17 años en el momento en que encontraría el panfleto del Instituto Dármicros. Sin tener mucha claridad en los acontecimientos, lo recogería y comenzaría a resolver el examen de aptitud en línea. Descubriría su vida entera a través de esas preguntas. Comprendería su problema con la vida y con el mundo. Entendería algo sobre sí mismo.
Antes de darlo por finalizado, recordaría a Michel y sentiría la calidez de su frente. Se tendería sobre la almohada y soñaría con la verdad, con la justicia, con los cambios, con la esperanza y con el amor.
El resultado de ese examen lo haría reír: Economía. “Una broma”, pensaría y haría a un lado la computadora. Pero conservaría el panfleto y lo abrazaría contra su pecho, antes de comenzar la transformación de su vida.

Un día
Pretérito-Indicativo
Lloró un día entero sin poder controlarse, sin comer las verduras de su enfermero y sin atender las llamadas de su hermana menor. Lloró por todos los silencios, por toda la indiferencia, por todos los besos falsos. Y lloró por ellos, por sus fantasmas, por su juego de Casa Parkasia.
—Esperé por ti todos los días y todas las noches. Con la esperanza en los ojos, soñé con ver tu rostro y, aún así, no llegaste. No pude esperarte por más tiempo. No pude…—y sus ojos se cerraron con una disculpa en la mente.
Despertó tranquilo, o más bien indiferente. Encontró el plato con su desayuno y lo puso en la mesa, comió. Se miró en el espejo e intentó amarse y logró hacerlo, con algún esfuerzo. Miró por la ventana, apagó el televisor y fingió ser tan ecuánime como todo el resto. Luego, llamó por teléfono a su padre.

Nuevos negocios
Presente-Indicativo
—Sé que puedo alcanzar la matrícula del siguiente año y el examen de admisión no implica ninguna dificultad para mí. Tienes que enviarme a la universidad, no hay muchas alternativas.
—Supe que Michel está negociando de maravilla por allá, así que supongo que está bien. Si te levantas de la cama y empiezas a moverte, te garantizo inscribirte de inmediato.
—Entonces, está bien. Quiero ver a Mitzi y ponerme al corriente con los negocios. Me pregunto si el hijo de tu socio del Este sigue tan interesado en salir conmigo—y su padre sonríe, complacido.

Estudios Artístico-culturales
Presente-Indicativo
—Lo siento, no soy bueno con eso de las promesas. En medio del trabajo y los estudios, me olvido de llamarte o visitarte. Siempre soy igual, con tus regalos, con tu afecto, con ese estúpido juego de mesa.
—Está bien, yo estoy bien—le toma las manos—. Voy a entrar al Instituto Dármicros también y a trabajar contigo, todo es mejor si estamos juntos, ¿no?
—Sí—le dedica una sonrisa—. Estudios Artístico-culturales es una excelente opción para ti, tu padre debe estar muy orgulloso.


 Economía
Pretérito-Indicativo
Eran los dos muchachos más populares de toda la universidad. Los contratos para salir con ellos salían en todas direcciones. Como todo se desarrollaba en el mismo espacio, tenían tiempo de sobra para estudiar y atender a todos sus fanáticos. También hacían citas por diversión o para pasar el rato.
Se sentían más libres e independientes. Aunque seguían siendo esclavos de una labor infinita, su forma de administrar los requerimientos cambiaba. A veces incluso se atrevían a plantear por ellos mismos una cita para abrirle las puertas al negocio. Se veían juntos, para comer, para salir, para conquistar a su fanáticos. Eran un excelente dúo de conquistadores.
Para cuando terminaba el primer año, ya Ismael alcanzaba el grado máximo de normalidad. Sonreía, conversaba y llamaba a su hermana; la tristeza y la soledad pertenecían a un difuso pasado. “Ya me hacía falta hacer una locura para aumentar mi sex appeal”, argumentaba cuando lo interrogaban por haberse inscrito en Economía, como segunda carrera. Y todos reían mientras Michel le daba una palmada de aprobación en la espalda.

Una historia
Presente-Indicativo
—Es interesante como ella no tiene nada que ver con lo soy o lo que intento ser, creo que, precisamente por eso, me siento así, tan motivado a tenerla conmigo por siempre. Es casi estúpido—rie, con su mirada de enamorado—. Se siente como el fin, ¿verdad?, para nosotros. El fin de la historia de los dos amigos de la infancia, los dos muchachos enamorados.
—Pero, Michel, esta no es la historia de dos amigos de la infancia que se enamoran, se separan y luego se reencuentran para estar juntos por siempre. Esta es la historia de un juego llamado Casa Parkasia, la historia de un juego diseñado para cuatro personas, la historia de mi juego favorito.
—Tienes razón, Ismael—se voltea hacia él y le extiende la mano en señal de saludo—. Por eso, tienes que jugar con toda tu entrega y no dejarte abatir ante nada, ¿está claro?—Ismael acepta el gesto de cortesía, pero Michel lo jala y le deja un beso sobre los labios—. Pero sin olvidar que sigo aquí, con todos mis fallos, pero siempre apostando todo por ti, ¿entiendes?— el menor asiente y el otro une sus dos frentes para intentar transmitirle con un gesto todos sus sentimientos de despedida.