Escena de una noche


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Copretérito-Indicativo

El asesinato no era por amor, ni por amistad, ni por rencores viejos. El asesinato era por el temor de que ella algún día pudiera salvar a otros a quienes él había abandonado. Rápido, despiadado y silencioso. Y el Señor Chamán lo sabía, por eso cargaba un manto viejo para no manchar su ropa de sangre y huía a máxima velocidad en medio de la montaña, como un traidor.

La despedida no era de amor, ni de amistad, ni de promesas de recuerdos eternos. La despedida era una pregunta indispensable para salvar la vida del Señor Dueño de toda esa tierra. Fría, dura y práctica. Y Rati lo sabía, por eso señalaba con desesperación el cajón oculto en el suelo e intentaba articular la palabra rojo con todas sus fuerzas, antes de perder para siempre el control sobre el aire expirado por su cuerpo.

El adiós no era de amor, ni de amistad, ni de recuerdos intoxicados por el aroma a sangre. El adiós era por la prisa de salvar a otro con el fin de salvar a muchos. Rápido, agitado y confuso. E Ilesh lo sabía, por eso buscaba en el cajón aquella medicina roja capaz de salvar al Señor Dueño de toda esa tierra y evitaba llorar ante un fin tan noble y entregado a causas mayores.

One Response to “Escena de una noche”

  1. ElleZ says:

    Para una mejor comprensión, referirse a la entrada "Círculo"