Presente-indicativo
—Así que estás aquí de nuevo, sin un ejército de exorcistas a tu mando.
—No se necesita un ejército para un miserable fantasma voyerista que se pasa las tardes en el parque. Podés llamarlo piedad o prudencia, pero prefiero mantenerme tranquila de momento. Simplemente observo las circunstancias y decido cómo actuar luego.
—Ya veo. Entonces, creo que podemos conversar un poco todos los días, de ahora en adelante.
Para una mejor comprensión, referirse a la entrada "Círculo".