Promesas olvidadas


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Pretérito-Indicativo


Ese día, estuve a punto de desmayarme en la escalera. Visitaste mi casa sin necesidad de asistir a una fiesta. Ordené traer la vajilla más fina y las mejores golosinas, te di como regalo un lote de telas finísimas. Mi corazón no dejó de atormentarme durante toda la visita. 

Traté de ser como un adulto, pero a tus ojos, me vi como un pequeño niño. Incluso tu promesa más importante, la de jugar juntos al Casa Parkasia, la despreciaste en un segundo con una risa burlesca. Fuiste de verdad cruel, Michel, como nunca lo creí posible. 

Te confesé mis temores y mi deseo de crecer, mi necesidad de ser como tú y de entrar al mundo de los adultos, pero te burlaste de mí nuevamente. Michel, fuiste muy cruel al dejar tu lote de telas en mi casa, al despreciar el té y las golosinas, al concluir tan repentinamente tu visita. Pero fuiste más cruel cuando me besaste sobre la frente y me negaste, cara a cara, cualquier posibilidad de convertirme en un adulto.