Ahora somos solo Damián y yo


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Presente- Indicativo

Damián no tiene tu pelo, ni tus ojos, ni siquiera tus cejas. Tiene los ojos de mi padre, la estatura de mi hermano, mi pelo rebelde y mi alto sentido de la justicia. Damián se ríe con los ojos muy abiertos repletos de pestañas encrespadas y me pide que le cuente de nuevo la historia de la princesa que es la luna. 

Tu mensaje en mi teléfono miente con el “Llego en 15 minutos” de hace dos horas. Mi mensaje en tu teléfono dice la verdad con una frase que por fin me atrevo a decirme a mí misma: “Ahora somos solo Damián y yo”. Sin sombrilla, bajo la lluvia, sin plata para el pasaje del bus; Damián con su capita amarilla y sus botas rojas; yo con mi abrigo gris y mis zapatos de tacón. El mundo somos él y yo.

Ahora comienzo a vivir sin contar con vos y no contar con vos es más fácil que esperarte. De algún modo me alcanza más la plata cuando me restrinjo en mis gastos en lugar de tener la fe de que vas a darme una parte. Ahora disfrutamos más y lloramos menos. No perdemos el tiempo llamándote por teléfono. Hace como tres meses dejaste de depositarme y eso está bien, tan bien que cuando Damián y yo observamos la lluvia desde el taxi nos reímos sin parar. Somos solo nosotros dos. Y vos, donde quiera que estés, sos solo vos.