Cadáver de parque


.

Pretérito-indicativo



Cayó el sol y el parque devoró de golpe una manzana envenenada. Y así, se dejó secuestrar por un profundo sueño que inclinó sus hojas y acalló las risas. Su piel se volvió de un color grisáceo, aunque bajo la luz de las lámparas artificiales aún se asomó un tono paliducho, casi podrido. 

Rebeca puso los dos pies en el parque y se quedó desconcertada por un momento. Notó la repentina desaparición de todos sus valorados recuerdos. Tembló y una sensación la hizo perder el equilibrio por un instante: la nostalgia. Justo en ese momento el parque se le pareció demasiado a su propio interior, frío y marchito. Pero recordó su misión más importante: protegerlo.

—No noté ninguna presencia—la voz de Raplh le confirmó sus sospechas de minutos atrás. A pesar de su mirada vigilante y su habilidad como exorcista no logró sentir una presencia demoniaca en los alrededores de su santuario.