El parque


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El parque es un oasis en medio del desierto de concreto. En esta época del año, el frío huye por las copas de los árboles y brinda la esperanza a las flores para mostrar su brillo. Algunas ya fingen desmayarse para quedarse enredadas en el cabello del niño que les gusta e irse con ellos a casa, hasta ser descubiertas y arrancadas de los enredados mechones.

El parque está lleno de ruidos y de silencio. Porque de algún modo cualquier sonido allí se pierde con el ambiente y deja de percibirse claramente por el oído. Todo es música y conversaciones susurradas, todo se convierte en historias contadas por la fuente de agua y por la hamaca que necesita una pronta aceitada.

El parque es un lugar tan común y aún así, es completamente nuevo para Rebeca. Y ella se sienta en la banca más alejada, para no interrumpir en aquel ambiente lleno de colores, sin un destino forjado. Ella escucha, observa y absorve el ambiente. Por primera vez en tanto tiempo, el brillo del sol le calienta verdaderamente el pecho.