Naoki


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Presente-indicativo



Al ritmo de una inolvidable balada, Naoki danza, su mano toma la del rey y para siempre su corazón le pertenece sólo a él. Lo ve como un dios capaz de llenar su corazón de emociones y de repente vive un sueño blanco, un sueño inalcanzable hasta para su imaginación. Ella mira sus labios y ama todas las palabras que salen de su boca, nadie puede arrebatarle el mundo en ese momento, el pulso de él le pertenece por siempre.

Sus manos llenas de sangre, su cabello negro ondea en el viento. El rostro como el estigma de alguien que decide vivir para matar. Por la felicidad del rey elimina a cualquiera y pelea con una fuerza incomprensible por poseer la inalcanzable sonrisa de ese hombre, esa sonrisa que nadie logra descrifrar. Ella vuelve a perder su alma en el vacío de la demencia y, en ese recuerdo constante, él la toma de la mano y la regresa a la vida. Sella el dolor y el misterio, esconde la fuerza de las tinieblas. Le muestra la piedad y la verdad de un hogar con puertas abiertas, le regala el calor de un cuerpo y el derecho a una vida. Le brinda un lugar al cual regresar, una esperanza y una familia. No le pide nada a cambio, pero ella decide combatir por él.

Para ella, el baile es eterno, el rey, en el aire, la acerca un poco más a él. La hace llorar de agradecimiento y la lleva en un paraje de nubes blancas y añejas. “Naoki, este es tu cielo” y ella con una sonrisa estrella su cuerpo en las rocas del risco del cual la acaba de arrojar el último de sus enemigos.


(Por fin reaparecí, no he estado de vaga, es que he estado planificando muchos escritos y por eso no le he puesto al blog. Encima regreso con algo que dudo que todos entiendan, pero bueno, es en lo que he estado trabajando últimamente y quiero dedicarle un poco de tiempo. Así que es casi seguro que aparezca de nuevo por aquí)