El vendedor de sombrillas


.

Copretérito-Indicativo



Llovía. El agua mojaba las aceras y todos corrían mientras marcaban sus pasos sobre el agua. Todos huían, todos, menos él. El vendedor de sombrillas siempre estaba allí, de pie, en el borde de la acera. Yo lo observaba por la ventana del autobús y me intrigaban sus pensamientos, repletos del golpeteo constante en el suelo.

Sobre los zapatos del vendedor se resbalaba el tiempo y pringaban las tertulias de quienes pasaban a su lado. Cuando las gotitas copulaban con la tierra, él observaba a los transeúntes pasar y el alma se le regocijaba un poquito, porque era la ocasión perfecta para vender paraguas a todos los descuidados y olvidadizos que caminaban por la callejuela. Había muchas voces siempre y, por eso, su mente se marchitaba con recuerdos ajenos.

El autobús arrancaba y dejaba al vendedor solo, con sus sombrillas. Las ramas del árbol lo arropaban y las nubes prometían más agua: una buena venta para ese día.

4 Responses to “El vendedor de sombrillas”

  1. Ching says:

    ME gustó... no se xq, esta interesante, no se algo inocente, corto... esta tuanis.

  2. Diego says:

    Tal vez lo del tiempo verbal fijo limita, pero me gusta la idea.
    Lástima que solo 3 párrafos por post...

  3. dAdAniMu says:

    Hola! Me llamó mucho la atención el concepto del blog! Me gusta mucho, son casi como Polaroids de realidades cotidianas. Me parece un ejercicio bastante práctico para quitarse la pereza de escribir, pero además está muy entretenido para los que entramos :)
    Me gustó en especial este post, casi pude ver el señor entre cemento y gente con todas las sombrillas de colores guindando de los brazos. Con lo que me gustan las sombrillas :)