Archive for octubre 2010

Tera


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Presente-indicativo


Tera trata de no hacer enojar a Mauricio porque sabe que él sólo anda con ella por una petición de su madre. Y trata de no ser una molestia, pero se le dificulta mucho porque siempre olvida las cosas y no es muy buena en los estudios y es un tanto descuidada y un poco indecisa. Y siempre admira que él es tan dedicado en todo lo que hace. Y cuando él visita su casa, todas se ponen contentas de repente.


Tera trata de no preocupar a Márie, porque sabe que como amiga siempre se inquieta con cada pequeña cosa. Y trata de seguirle el paso, pero se le dificulta porque ella no entiende muy bien cómo piensa la gente y no es muy observadora y no sabe nada de arte o literatura y es un tanto inconstante y bastante dependiente. Y siempre admira la sensatez de Márie en todo lo que afirma. Y cuando están juntas, siente el corazón muy suave de repente.

Tera trata de intervenir cuando Mauricio y Márie pelean por ella, pero al final no sabe qué opinar en la discusión o con quién tomar parte. Por eso, los deja resolver por ellos mismos el problema. Porque ellos dos siempre saben qué es lo mejor para Tera. Por eso, cuando los ve conversando emocionados o se da cuenta de que aman las mismas cosas, se pone muy contenta. Quiere verlos llevarse bien todo el tiempo, porque no quiere causarles ningún problema.

Las cosas que hacías por ella


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Copretérito-Indicativo

Desde el inicio, no sabías cómo dar buenas impresiones. Te presentabas sin el menor reparo como su novio y afirmabas no ver en ella más que su belleza. Hablabas sólo cuando querías y de lo que querías, ignorabas mis regaños. Eras la mezcla de un celador y un tirano. La seguías a todas partes, la llevabas a casa, la ayudabas a elegir su menú para el almuerzo y revisabas sus tareas diarias.

Pero también, desde el inicio, sabías cómo protegerla. Escuchabas acerca de su vida y actuabas siempre en consecuencia. Revisabas su horario y acoplabas el tuyo para poder recogerla. Poco a poco, mostrabas tu lado bueno y no dejabas de sorprenderme. Siempre estabas allí, con la mayor disposición posible, y lo más importante: nunca defraudabas, ni a mí, ni a ella.

De vez en cuando, la sombra de la envidia se albergaba en mi cabeza. No sé si lo notabas o no, pero siempre decías: “Quería hacerlo, por ambas”. De verdad sabías cómo arrancarme una sonrisa.

Primer encuentro


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Copretérito-Indicativo

Era la mezcla de la pereza matutina con la emoción por el comienzo de un nuevo curso lectivo. Era el cielo teñido de manchas rojas, dignas del pincel del mejor artista. Era la sorpresa de un pitido extraño y la mano de un muchacho que la jalaba hacia atrás, para dejar libre el paso del portón eléctrico. Era el latido acelerado del corazón por el temor de poder haber perdido un dedo.

Era un desconocido bajo, con ropa de instituto y aspecto varonil. Era una desconocida baja, con cabello en rizos y rostro de sorpresa. Era el desconocido con los ojos más hermosos del mundo. Era la desconocida de labios perfectos color fresa. Él sonreía con indulgencia mientras la ayudaba a incorporarse y le colocaba una mano en la cabeza con naturalidad: “Más cuidado la próxima”. Se alejaba como un espejismo.

Era la imagen imborrable de alguien verdaderamente apuesto, justo el primer día de instituto. Era la felicidad de estar de nuevo en la clase C y encontrar allí a Tera Banel, su amiga de la infancia. Era la tranquilidad de descubrir la misma sonrisa y el mismo descuido en sus gestos, aún después de tres años. La abrazaba con dulzura sin poder creerlo, mientras le comentaba acerca de su vida en ese tiempo. La observaba cuando el muchacho de la mañana se colocaba a su lado y se presentaba. Él era Mauricio Násmida, él era el novio de Tera.


(A partir de aquí y hasta nuevo aviso, publicaré entradas diferentes, pero que están relacionadas entre sí. La publicación oficial será los lunes hasta diciembre, aproximadamente)